Intro
Voy a hablarles, —no ya desde mi condición de concejal del
municipio Caroní—, sino que más bien desde mi ciudadanía, como guayanés, como
hijo, como abogado y como padre de familia.
El
Pasado
Hablar de lo que fue Guayana en el pasado y de lo que es
Guayana en estos momentos es caer en el terreno de la reiteración, pero igual
me tomaré unos minutos para hablar de lo que ya no tenemos, y de todo aquello
que las generaciones de muchos de ustedes pudieron ver y disfrutar, pero que la
mía, y las que me siguen jamás conocieron.
A mi me contaron que la calles y avenidas de Guayana eran
limpias e iluminadas, y que una autopista llena de trinitarias recibía a
quienes nos visitaban. En Alta Vista, en la parroquia Cachamay y en Unare
siempre podían verse las grúas de construcción levantando nuevos edificios o
Centros Comerciales, la esperanza de todo nuestro país estaba puesta en nuestra
región, eramos el polo de desarrollo industrial más importante de Venezuela y
uno de los más grandes de latinoamérica, éramos también fuente de empleo para
cientos de miles que cruzaban nuestras fronteras en busca de empleo y de una
mejor vida. Eramos tierra de progreso y trabajo; un obrero con sus utilidades
de diciembre podia dar la inicial de un carro o de un apartamento, las familias
podían planificar sus vacaciones en Margarita o Merida sin que eso
desbalanceara el presupuesto familiar, nadie andaba con los zapatos rotos, si
tenias trabajo podias pagar tus gastos y los de tu familia. Muchos de ustedes,
quizas la mayoria, supieron lo que era amanecer en la calle de fiesta con
amigos sin el peligro de ser robados, —nosotros no conocemos eso—, desde hace
años salimos de casa y llegamos a casa con el miedo de ser víctimas del hampa.
Las carreteras de Venezuela, eran cruzadas de sur a norte y
desde Guayana hasta occidente con las materias primas que se producían en
nuestras empresas básicas, eran millones de dólares que abonaban puntos al PIB
nacional, los barcos se alineaban en el río a la espera de un lugar en el
muelle para llevar cabillas al Japón, o alambron a Sudáfrica o a algún muelle
de la costa este de los Estados Unidos, había riqueza y teníamos potencial para
ser mucho más ricos.
Todo eso ya no existe, solo queda el potencial y el recuerdo
de lo que tuvimos y ahora no tenemos. La destrucción es indescriptible,
acabaron hasta con nuestra capacidad de generacion, transmision y distribucion
de energia electrica.
El
Municipio Caroní
Ser concejal del municipio Caroní fue un gran aprendizaje, no
solo conocí con mucha más profundidad nuestra ciudad, sino que además también,
compartí, me preocupé y me ocupé de sus problemas que son al final los
problemas de todos. En muchos de ellos solo logré ser un vocero, en otros logramos
canalizar la solución, y muchos de esos problemas aún siguen allí esperando
soluciones estructurales que exceden la esfera de ejecución de un concejal.
El Municipio está colapsado, la recolección de basura no
funciona, el transporte no funciona, el ornato de la ciudad no existe, el
mobiliario urbano está destruido, los mercados municipales dan vergüenza y la
des-conexión de la alcaldía con los ciudadanos es casi absoluta, ya es tiempo de
poner orden en nuestra ciudad.
Lo
pendiente
La recuperación de Guayana lleva mucho trabajo, no será
fácil, las soluciones no caerán del cielo, y necesitaremos de todos, incluso de
muchos de los que ya se han ido de nuestro país.
El esfuerzo debe ser conjunto, y debe ocurrir desde la
des-centralización. El nuevo plan para Guayana lo haremos los guayaneses, desde
la recuperación de nuestras empresas, con el capital privado por supuesto,
pasando por la creación de condiciones para el desarrollo de pequeñas y
medianas empresas, micro-empresas y un sector comercio y de servicios que esté a
la altura de la Ciudad Guayana que vamos a desarrollar.
Hay que aperturar el sector dedicado a la recolección de
desperdicios a la participación privada, la alcaldía solo debe ser vigilante de
ese proceso, el reciclaje, tal como ocurre en los países desarrollados será
fuente de empleos y de oportunidades de negocios.
El transporte colectivo debe ser operado absolutamente por el
sector privado con la supervisión y planificación de la municipalidad, el
municipio Caroní merece un transporte moderno y que preste un servicio de
primera a todos los ciudadanos.
La alcaldia de Caroni debe convertirse en el motor que
impulse el desarrollo de nuestro municipio, hay que luchar por una
descentralización que garantice la máxima autonomía y capacidad de toma de
decisiones para reducir al mínimo nuestra dependencia del poder central.
¿Y
Ahora Qué?
Todos los planes que podamos tener para nuestro país, para
nuestro estado y para nuestras ciudades, son sólo letra muerta si no ponemos
fin al modelo que nos trajo a esta tragedia en la que se ha convertido
Venezuela.
Si me preguntan ¿Y
ahora qué?, Yo respondo que en primer lugar debemos integrarnos. No existe
ninguna solución, ninguna salida que no pase antes por un encuentro de todos
los que formamos parte de la oposición democrática en nuestro país.
Es la hora de trascender, de mirar más allá de los cargos,
del partido político, y comenzar a pensar en las generaciones por venir, y en
la urgencia que tenemos todos de iniciar el camino de la recuperación y el
desarrollo de nuestro país. Tenemos que convertirnos en los hombres y mujeres
que necesita Venezuela, vamos a tender puentes entre nosotros para poder luego
tender puentes al futuro, necesitamos de todos, nadie sobra, todos hacen falta.
Dejemos ya de ser el triste espectáculo de políticos que
viven en una interminable riña en redes sociales y busquemos las coincidencias,
los puntos en los que coincidimos y que serán los que nos van a convertir en la
solución que necesita el país. Venezuela, el estado Bolívar y nuestros
municipios, necesitan que los de Acción Democrática, los de Copei, los de
Primero Justicia, los de Voluntad Popular, los de Vente Venezuela, Proyecto
Venezuela, Causa R, y todos los partidos políticos, gremios, sindicatos,
estudiantes y ciudadanía, nos unamos con el único propósito de sacar del poder
a Nicolás Maduro, ponerle fin a su modelo y avanzar en un proceso de transición
que siente las bases para la reconstrucción nacional.
Así que si queremos el quiebre, la salida, la ruptura, o el
derrocamiento de la dictadura no tenemos más remedio que hacerlo juntos. Y que
nadie pregunte ¿Y ahora qué?, pregunten
más bien ¿Y que hago yo para ayudar?.
“”””””Los que se fueron mis
respeto, los que se quedan los valores pero los que se mantienen firmes,
protestan y luchan todos los días contra el sistema con ellos me resteo.
Los invito al encuentro, al
acuerdo y a la integración, por ahora no hay concejalías, no hay alcaldías, no
hay gobernación, todo pasa por la salida de Maduro y allí debemos concentrar
nuestro esfuerzos. Es la hora del CORAJE, de la REBELIÓN y de la CALLE, A
MADURO SE LE ACABÓ EL TIEMPO Y A NOSOTROS NOS QUEDA TODA UNA VIDA PARA
RECONSTRUIR A VENEZUELA Y A GUAYANA.
Sin sacrifico no hay GLORIA!